La luz que nunca se apaga
- José María Suárez Quintanilla
- Director de RCOE
Afortunadamente la muerte no existe, porque las personas sólo mueren cuando se les olvida, y este ha sido el sentimiento que reconfortó al presidente Óscar Castro y a su ejecutivo, cuando tuvieron que comunicarnos a todos los compañeros la triste noticia del fallecimiento del presidente del Colegio de Dentistas de Málaga, Dr. Lucas Bermudo Añino.
De él nos queda una impecable trayectoria de gestión en la que consiguió ampliar la sede colegial, modernizar la gestión administrativa, multiplicar la transparencia económica y establecer convenios innovadores de formación con numerosas universidades españolas.
Atrás queda ya su media sonrisa, siempre envuelta en timidez, su palabra oportuna frente a la confrontación dialéctica y su deseo, siempre expresado en público, de que los colegios profesionales fuésemos uno solo en las grandes decisiones.
Pero, por encima de todo y de tanto, el Dr. Lucas Bermudo fue un valiente comprometido, que supo explicar con palabras y obras a los detractores de la Odontología, que los cirujanos bucales y los odontólogos éramos el complemento necesario para la cirugía máxilofacial, que ambos recorreríamos un largo camino juntos y que hoy, desde la distancia del tiempo pasado, nos respetaríamos como profesiones sanitarias en beneficio del bien común.
Por todo ello, no podemos estar más de acuerdo con William Shakespeare, cuando escribió que: “Los cobardes mueren muchas veces antes de su verdadera muerte, en cambio, a las personas imprescindibles, les basta con morir una sola vez”.
Descanse en paz.