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¡Habemus Papam¡

  • José María Suárez Quintanilla

  • Director de RCOE

¡Habemus Papam! Es el anuncio en latín con el que el cardenal protodiácono del Vaticano anuncia a los fieles que un nuevo papa ha sido elegido, tras hacer volar la fumata blanca, una curiosa tradición moderna que se remonta al año 1800, cuando el pueblo de Roma se reunía frente al Quirinal para presenciar la esperada salida del humo que se producía tras la quema controlada de las papeletas de los cardenales.

 

En este mundo desenfrenado parece que casi todo ha cambiado, cuando en realidad muchas cosas permanecen igual. En esta insoportable era de la inteligencia artificial y la digitalización, el anuncio de un nuevo papa se sigue haciendo con humo al calor de un brasero y ningún smartphone espía, satélite, hacker o dron es capaz de acceder a esta valiosa información hasta que el Espíritu Santo decide que ya está bien de esperar.

 

En nuestra profesión, en parte, sigue ocurriendo afortunadamente lo mismo. 

 

La bienvenida digitalización profesional, siendo totalmente imprescindible, está lejos de poder sustituir de manera eficaz las palabras de consuelo, afecto y esperanza que es capaz de transmitir en su quehacer diario un profesional de la Odontología que siente pasión por el cuidado de sus pacientes. 

 

Se trata, por tanto, de no preocuparnos por el avance imparable de la inteligencia artificial, sino de controlar el retroceso, a veces colectivo, que se produce en los niveles de inteligencia natural.

 

 

 

 

 


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