Page 37 - RCOE 22-2
P. 37

    etapa), existe una gran ventaja en cuanto al tiempo total de restauración; aunque es importante obtener una esta- bilidad primaria del implante, lo que implica contar con una cantidad adecuada de hueso remanente, de lo con- trario aumentará el porcentaje de fracasos.
Chiapasco et al., obtuvieron mejores resultados con la técnica de una fase, siendo el porcentaje de éxito de 97,6 % (40/41 implantes), contra 91,6 % (76/83 implantes) de los implantes colocados en dos fases23. Según Sinus Graft Consensus no se aprecian diferencias significativas en la tasa de supervivencia de los implantes colocados simultáneamente al injerto del seno o diferidos24. Conocer las complicaciones que se pueden presentar como resultado de la elevación sinusal, como la perfora- ción de la membrana y la infección del seno maxilar, nos ayudará a evitarlas y, en caso de que se presenten, mane- jarlas adecuadamente. Es importante considerar que este procedimiento quirúrgico requiere de un minucioso plan de tratamiento y el conocimiento extenso, habilidad y experiencia del cirujano25.
Independientemente de variables presentes en cada situación clínica como son la dureza del hueso, su calidad, la carga soportada, la ferulización o no con otros implan- tes, etcétera, debemos convenir como imprescindible a la hora de colocar un implante la nada despreciable cifra de 6,5 mm de hueso en anchura de media. Este resultado lo obtenemos si sumamos un cuello medio de un implante de entorno a 4 mm y 1 mm de hueso cortical a cada lado (+/– 0,5 mm). Dicha anchura mínima es imprescindible si queremos hueso vital con cortical externa aceptable y esponjosa interna correctamente vascularizada que con- fiera sustento a los procesos biológicos26.
En la rehabilitación de maxilares atróficos, la técnica de expansiónóseaposibilitainsertarimplantessinnecesidad de realizar tratamientos más complejos consiguiendo una mayor densidad del hueso que rodea al implante, redu- ciendo así el tiempo de espera para rehabilitarlos.
En un estudio de Scipioni et al., en 170 pacientes se colo- caron 329 implantes con la técnica de expansión ósea y obtuvieron un promedio de éxito del 98,8 % tras un segui- miento de 5 años27.
En un estudio de Peñarrocha M. et al., se les colocaron a 80 pacientes, 158 implantes con expansión mediante osteotomos y 68 con la técnica de fresado. Se obtuvo un éxito del 90 % para la primera, y del 92 % para la segun- da, a los 2,7 años de seguimiento28. La justificación de esta diferencia mínima es que los casos tratados con expansión ósea eran más desfavorables que los que se solucionaron con fresado convencional. Los resultados clínicos de la inserción de implantes mediante osteotomos suelen ser similares a los insertados de forma convencional.
Un estudio de Calvo JL. et al., confirma estos hallazgos clínicos con un cien por cien de éxito a los nuevos meses utilizando expansores en 26 pacientes para insertar 74
implantes en el área posterior del maxilar superior consi- guiendo un aumento de la cresta ósea de 4,5 a 8 mm de anchura29.
Un estudio de Chiapasco M. et al. realizado en 45 pacien- tes con reabsorción horizontal de las crestas alveolares demuestra que la corticotomía y posterior expansión ósea puede obtener suficiente base ósea para insertar con éxito los implantes. 110 implantes fueron insertados según este método con un éxito del 97,8 % después de un seguimien- to medio de 20,4 meses. Los 3 fracasos fueron previos a la restauración prostodóncica30.
La expansión crestal se emplea, desde hace años, con poca morbilidad y excelentes resultados cuando la selección del caso es adecuada, contribuyendo a solucionar con éxito casos complejos de crestas alveolares estrechas.
Las técnicas de expansión se han convertido en una forma habitual de trabajo en la práctica diaria, consiguiendo resul- tados a largo plazo en los tratamientos implantológicos.
CONCLUSIONES
Las técnicas de expansión y elevación de seno se han con- vertido en una forma habitual de trabajo en la práctica diaria, consiguiendo buenos resultados a largo plazo en los tratamientos con implantes, especialmente indicada en aquellos pacientes en los que existe escasa densidad o disponibilidad ósea
Ambas técnicas pueden utilizarse con poca morbilidad y excelentes resultados siempre que la indicación, técnica quirúrgica y planificación se ajusten a los protocolos esta- blecidos por la literatura especializada y las principales sociedades científicas.
BIBLIOGRAFÍA
1.AlbrektssonT,DahlE,EnbomL,EngevallS,EngquistB,ErikkssonAR, et al. Osseointegrated oral implants. A swedish multicenter study of 8,139 consecutively inserted implants. Journal of Periodontology 1988; 59: 287–296. 2. Bruggenkate C, Bergh J. Maxillary sinus floor elevation: a valuable pre- prosthetic procedure. Periodontology 2000 1998; 17: 176-182.
3. Tatum H. Maxillary and sinus implant reconstruction. Dent Clin North Am 1986; 30: 227-229.
4. Misch CE. Bone Classification, training keys to implant success. Dent Today 1989; 8: 39-44.
5. Boyne P, James RA. Grafting of the maxillary sinus floor with autogenous marrow and bone. J Oral Surg 1980; 38: 613-616.
6. Schlegel K, Fichtner G, Schultze-Mosgau S, et al. Histologic findings in sinus augmentation with autogenous bone chips versus a bovine bone substitute. Int J Oral Maxillofac Implants 2003; 18 (1): 53-8.
7. Misch CE. Cirurgia para levantamento do seio maxilar e enxerto sinusal. In: MISCH, C. E. Implantes dentários contemporâneos. 2 ed. São Paulo: Ed. Santos, 2000.
8. Keller E, Eckert S, Tolman D. Maxillary antral and nasal onestage inlay composite bone graft: preliminary report on 30 recipient sites. J Oral Maxillofac Surg 1994; 52: 438-447.
9. Chandra RK, Pearlman A, Conley DB, Kern RC, Chang D. Significance
105 ➤➤
 Expansión y elevación del seno maxilar con perforación simultánea de la membrana sinusal: Sande Sardina A et al.










































































   35   36   37   38   39