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principalmente en la pared vestibular, debido a que ana- tómicamente es más delgada y frágil 2, 6. En la actualidad se utilizan distintos materiales biocompatibles como relle- no del alvéolo post-extracción para preservar el volumen óseo de manera más predecible que si el alvéolo cicatriza espontáneamente. Sin embargo, frente a situaciones clíni- cas donde ya están instaurados los procesos de reabsor- ción alveolar, se han desarrollado distintas técnicas qui- rúrgicas para lograr un aumento de volumen óseo, con la finalidad de poder colocar un implante simultáneamente a la técnica o diferidos, hasta conseguir la suficiente rege- neración ósea que permita colocarlo en una posición ideal y rodeado de hueso.
En los pacientes con sectores parcialmente desdentados en el sector posteroinferior la reabsorción del reborde alveolar compromete en muchos casos en mayor medida la tabla vestibular generando una migración del centro del reborde hacia lingual. Los desafíos en una rehabilitación implantosoportada de un paciente con esta problemática son por un lado, devolver el volumen óseo adecuado y por el otro, poder ubicar a los implantes en una posición guia- da para las futuras restauraciones protésicas. Sin embargo, se continua discutiendo cuanto hueso se puede regenerar realizando diferentes técnicas de aumento y por otra parte cual es la estabilidad de los implantes colocados en esa zona en el mediano plazo.
El injerto óseo autógeno es el único que posee las pro- piedades de osteogénesis, osteoinducción y osteocon- ducción de forma que es altamente superior a otros materiales reconstructivos7; aun así, el uso de injerto óseo implica un tiempo de espera para la instalación de los implantes, modificación de las condiciones de vida del paciente debido a las limitaciones de la cirugía y depen- diendo del sector anatómico, dificultades en el tipo de técnica reconstructiva a utilizar y la morbilidad asociada8. Una alternativa a las técnicas reconstructivas esta en la técnica de expansión alveolar o técnica de separación de reborde alveolar (conocida en ingles como split crest), que consiste en la separación de las tablas óseas vestibular y lingual del reborde alveolar a través de una osteotomía en la cresta residual y una o dos osteotomías laterales en los sectores anterior y posterior de la región vestibular con el fin de movilizar este segmento causando una fractura en “tallo verde” normalmente de la tabla vestibular. La técnica permite la reconstrucción ósea con aumento del volumen junto a la instalación de implante en el mismo acto quirúr- gico en muchas ocasiones9,10.
Las primeras descripciones de expansión ósea las realizó Tatum, pero fue en 1994 Summers11-12, quien presentó los primeros osteodilatadores con forma cilindrocónica conun diámetro que aumenta progresivamente de un instrumentoa otro, de tal modo que la base de cada uno de ellos se corresponde con la parte activa del siguiente. Esto permite su introducción en el hueso maxilar y compri-
mirlo, consiguiendo una mayor densidad ósea para lograr lechos con igual diámetro que el implante 11-13.
El uso de los expansores u osteotomos forma el lecho implantario y son especialmente útiles en el maxilar supe- rior porque el hueso esponjoso permite la perforación, compresión lateral y expansión del hueso adyacente, per- mitiendo colocar los implantes inmediatamente dentro del lecho creado.
La expansión horizontal de la cresta alveolar pretende corregir, en primer lugar, la concavidad bucal que en oca- siones aparece tras la extracción dentaria, recuperando los requisitos de anchura mínima exigida para la colocación de implantes. En segundo lugar, pretende lateralizar el eje implantario, pero sin aumentar los grados de inclinación del mismo. En tercer lugar, la expansión tiene como misión crear el espacio para el implante y conseguir un perfil de emergencia estéticamente ideal que ayude y favorezca la higiene de la fijación derivada de la óptima posición y axialidad de la corona. Por último, la expansión de la cresta alveolar pretende una estabilidad a largo plazo del hueso peri implantario, lo que en localizaciones estéticas permite la estabilidad a largo plazo de los tejidos blandos 14-16.
En el maxilar superior se consiguen expansiones de hasta 4 mm, en contraste con la mandíbula que debido a sus corticales más rígidas permiten una expansión de 1,5 mm. Esta técnica del aumento del reborde alveolar mediante una corticotomía y posterior expansión de la cresta para la inserción de los implantes, ha sido sugerida por algunos autores para evitar el trauma de la realización de injertos y la exposición de membranas, aunque representa una técnica que requiere experiencia quirúrgica suficiente por parte el profesional17.
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Se presenta el caso de una mujer de 61 años de edad, exfumadora de 10 cigarros al día y sin antecedentes médi- cos relevantes. En la exploración se observó la ausencia de los dientes 43, 44, 45 y 46 y el reborde se podía intuir poca anchura ósea (figura1). Se realizaron las pruebas diagnósticas complementarias, valorando en la tomogra- fía axial computarizada (TAC) la anchura de la cresta ósea residual que era de 3.5mm, lo que resultaba insuficiente para la colocación de implantes dentales de manera con- vencional.
El tratamiento se realiza con anestesia local (articaína al 4%; epinefrina 1:100.000) mediante la técnica anestésica infiltrativa a fondo de vestíbulo y por lingual.
Iniciamos realizando una incisión crestal e intrasulcular a nivel del diente 42 con una descarga vertical en dicha zona.
El despegamiento mucoperióstico se hizo a espesor total, sobrepasando la línea mucogingival para permitir el pos- terior cierre de la herida, facilitado con incisiones liberado- ras en el periostio (figura 2).
rcOE, Vol. 23, No. 2, junio 2018