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selladores, lo que conduciría a un potencial fracaso del tratamiento endodóntico4,5.
Para remover la capa de desechos se han utilizado dis- tintos agentes químicos entre ellos EDTA en concentra- ciones de 15% a 17%, el ácido cítrico de 5% a 50% y el ácido fosfórico de 5% a 37%. El uso de estos químicos y técnicas como el ultrasonido, la activación dinámica manual y el láser, en combinación o independientemen- te, también se han propuesto como opciones para su remoción, siempre con resultados variables6.
Distintos estudios demuestran que, indistintamente de la técnica de irrigación, la efectividad de las soluciones irrigantes es limitada en el tercio apical. Esto es más notable en conductos curvos, sin embargo también ocu- rre en dientes monorradiculares3.
1. BARRILLO DENTINARIO
La identificación del barrillo dentinario fue reportada por primera vez en 1970 por Eick y col. en preparacio- nes de cavidades coronales, gracias a la utilización del microscopio electrónico de barrido. Estos investigadores demostraron que el barrillo dentinario estaba compues- to de partículas de tamaño variable que por lo general se encontraban en un rango de 0,5-15 μm7. Brännström y Johnson en 1974 encontraron que en las preparaciones de cavidades coronarias se formaba una delgada capa de restos dentinarios, estimaron que el grosor de la capa era de entre 2 y 5 μm y se extendía unos micrómetros hacia dentro de los túbulos dentinarios8.
Los primeros investigadores que describieron el barrillo dentinario sobre la superficie de conductos radiculares ins- trumentados fueron McComb y Smith en 1975 quienes sugi- rieron que el barrillo dentinario no solo estaba compuesto de dentina sino que también contenía restos de procesos odontoblásticos, tejido pulpar y microorganismos2.
En 1977 Lester y Boyde describieron el barrillo dentina- rio como materia orgánica atrapada dentro de dentina inorgánica; estos mismos autores no pudieron remover el barrillo con hipoclorito y de ahí llegaron a la conclu- sión de que estaba compuesto principalmente por tejido dentinario inorgánico9.
Goldman y col. en 198110 estimaron que el grosor del barrillo dentinario era de 1μm y concluyeron, como en estudios anteriores, que el barrillo dentinario está com- puesto en gran parte de materia inorgánica. Mader y col. 1984 11 reportaron que el barrillo dentinario usualmente tenía un grosor de 1 a 2 μm. Cameron en 1983 12 y Mader y col 1984 11 describieron que el barrillo dentinario tenía dos capas, una capa superficial y una capa de materia empaquetada dentro de los túbulos dentinarios a una profundidad de hasta 40 μm.
Brännström y Jonhson en 1974 concluyeron que la oclusión tubular era causada por la acción de fresas
e instrumentos8. Otros estudios demostraron que los componentes del barrillo dentinario pueden ser introdu- cidos dentro de los túbulos dentinarios a profundidades variables y pueden formar tapones de barrillo1. Cenzig y col en 1990 propusieron que la penetración del barrillo hacia los túbulos dentinarios se debía a la acción de capi- laridad causada por fuerzas adhesivas entre los túbulos dentinarios y el material13. Esta hipótesis de acción de capilaridad podría explicar el fenómeno de empaqueta- miento dentro de los túbulos dentinarios el cual puede llegar hasta unos 110 μm cuando se utilizan sustancias surfactantes durante la instrumentación endodóntica14. El grosor de la capa de barrillo dentinario varía también según el tipo de instrumento utilizado y si la dentina está húmeda o no cuando es instrumentada15,3.
En las etapas iniciales de la instrumentación el barrillo dentinario tiene una alta carga de contenido orgánico debido a la presencia de tejido pulpar vital o necróti- co15. Se ha demostrado que el aumento de las fuerzas centrifugas y la proximidad del instrumento a la dentina producen una capa de barrillo dentinario más gruesa y resistente a los agentes quelantes16. Czonstkowsky y col. en 1990 reportaron que la cantidad de barrillo den- tinario producido con instrumentación mecánica, fresas gates glidden y fresas durante la preparación de espa- cios para pernos es mayor a la que produce la instru- mentación manual17. Sin embargo, McComb y Smith en 1975 observaron mediante el Microscopio Electrónico de Barrido que la instrumentación manual con limas k y ensanchadores producía superficies similares a las crea- das por limas reciprocantes Giromatic2.
Adicionalmente estudios como el de Pashley en 199218 han concluido que el barrillo dentinario contiene sus- tancias orgánicas e inorgánicas que incluyen fragmentos de procesos odontoblásticos, microrganismos y teji- do necrótico. Cuando se observa bajo el Microscopio Electrónico de Barrido se puede detallar que el barrillo dentinario tiene una apariencia amorfa irregular y gra- nular19,20,21. Se cree que esta apariencia se debe a la remo- ción, nueva ubicación y bruñido de los componentes superficiales de las paredes dentinarias22.
2. IMPORTANCIA DEL BARRILLO DENTINARIO
Aunque el barrillo dentinario fue identificado hace 43 años la pregunta de mantenerlo o removerlo aún sigue en debate2, 23. Algunos investigadores han sugerido que mantener la capa de barrillo dentinario podría ser bene- ficioso porque puede ocluir los túbulos dentinarios y limitar la penetración de microorganismos y sus produc- tos al reducir la permeabilidad de la dentina24,25.
Sin embargo, algunos expertos consideran que el barri- llo dentinario puede contener microorganismos por lo que debe ser completamente eliminado de las paredes
El barrillo dentinario y su importancia en endodoncia. Moradas Estrada M. et al. - 12 -