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                                MULTIDISCIPLINAR
  FIGURA 5.Odontosección del diente antes de la exodoncia.
y están compuestos por el mismo tipo de colágeno, que es el Tipo I4.
La mayor parte de las proteínas desde su origen son comunes para hueso, dentina y cemento. La dentina, como sabemos, representa más del 80% de la estructura del diente, contiene proteínas morfogenéticas que favo- recen la formación de hueso, y proteínas no derivadas del colágeno como son la osteocalcina, la osteonectina y fosfoproteínas, implicadas todas ellas en la formación de la arquitectura ósea2.
Desde el punto de vista de su composición, la dentina posee un contenido inorgánico del 70% del que la mayor parte es colágeno de tipo I y un contenido orgá- nico cercano al 30%, mientras que en el hueso alveolar el contenido inorgánico es del 60% y el orgánico se aproxima al 25%.
Fue Murata en el año 20035 el primer investigador que publicó la realización de un autoinjerto de dentina humana. Posteriormente, este mismo grupo de inves- tigación planteó la utilización de la dentina como un nuevo biomaterial y también como matriz portadora de BMP (BMP–2) que, como sabemos, se encuentra invo- lucrada en el proceso de formación ósea. Estos autores demostraron que los tejidos muy calcificados como la dentina no generan una osteoinducción precoz ni la formación de tejido esponjoso6. También comprobaron que, tras la desmineralización de la dentina, siguen quedando bioactivas determinadas BMP, en concreto las BMP-2, BMP-4 y BMP-7, que se unen en matrices ricas de colágeno, al igual que ocurre de manera fisiológica en el hueso7.
El grupo de investigación de Kim4 ha podido constatar que, tras la aplicación de este protocolo, se genera un adecuado proceso de cicatrización, tanto por la eva- luación radiológica, histológica y clínica, como por un
adecuado mantenimiento e integridad de la cresta ósea tras más de 30 meses de seguimiento clínico.
En este mismo sentido, estudios recientes de Murata6 han podido determinar que el hueso así formado es estable, se mantiene en las tres dimensiones del espa- cio y, por tanto, es apto para poder ser considerado un injerto autólogo.
Las últimas modificaciones técnicas aportadas por el grupo de Binderman8 también han supuesto una clara innovación al simplificar el protocolo y concebirlo como hoy lo planteamos; es decir, para poder ser aplicado en el mismo momento de la exodoncia del diente. Este autor también considera que la principal indicación de esta técnica quirúrgica son los dientes, cuya exodoncia se realiza por compromiso periodontal y también aquellos dientes que están, como en nuestro caso, parcial o total- mente incluidos en los maxilares.
Al tratarse de una técnica protocolizada, siempre que sea posible debemos descartar los dientes con tratamientos de endodoncia previa o cirugía periapical, así como todos aquellos que presentan obturaciones complejas, o con escaso material dentario remanente, que pudieran distorsionar el resultado final del tratamiento8.
CASO CLÍNICO
El presente caso clínico ha sido realizado en la Unidad Docente de Cirugía Oral de la USC, en un paciente varón de 24 años, en el que inicialmente habíamos planificado la exodoncia de un canino incluido a nivel palatino y colocación simultánea de un implante inmediato posex- tracción. Sin embargo, la amplia ostectomía necesaria para su exodoncia, el gran tamaño de la capsula eruptiva que rodeaba al diente incluido y la escasa disponibilidad ósea, aconsejaron diferir la inserción del implante a un segundo tiempo quirúrgico.
El protocolo del tratamiento lo iniciamos con la extrac- ción de sangre al paciente de la región antecubital, unos minutos antes de iniciarse el acto quirúrgico (figura 1) utilizando un acceso venoso a través de una cánula, para iniciar el procesado del PRP9, con el objetivo de utilizarlo como membrana para estabilizar el injerto y al tiempo inducir y favorecer la mitogénesis, la angiogénesis y estimular la liberación de factores de crecimiento y pro- mover la síntesis de fibroblastos (Figura 2)1.
Tras la anestesia convencional procedimos a levantar un colgajo mucoperióstico por vestibular y palatino, dada la posición angulada del canino y por su cercanía a los incisivos superiores (Figura 3). A pesar de contar con un CBCT previo que nos orientaba sobre su posición espa- cial, el diente presentaba en su luxación cierto grado de anquilosis por lo que, valorando su proximidad a otros dientes, decidimos la realización de una odontosección (Figuras 4 y 5). Tras eliminar de manera cuidadosa la cápsula eruptiva y lavar el área quirúrgica procedimos a
 RCOE, Vol. 24, No. 2, junio 2019 - 53 -



















































































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