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CONCLUSIONES
1. El maltrato infantil ha sido una constante a lo largo de la historia de la humanidad; sin embargo, no tene- mos bibliografía disponible que pruebe la implicación del odontólogo como parte del personal sanitario noti- ficador de maltrato infantil hasta 1970.
2. Las lesiones por maltrato físico que puede llegar a identificar el odontólogo pueden ser intra o extraora- les, como las laceraciones del frenillo labial superior, los hematomas sublinguales e incluso los comisurales por la utilización de mordazas.
La identificación, por parte del odontólogo, del abuso sexual es difícil. Si bien es verdad que lesiones como petequias en el paladar, o como el condiloma acumina- do nos llevan a sospechar la presencia de abuso sexual, ya que son lesiones que difícilmente se ven en niños. Las mordeduras suponen una gran fuente de informa- ción a la hora de identificar su origen. Si se dispone de los dispositivos necesarios para registrar la huella de la mordedura debe hacerse para que constituya una prueba complementaria al parte de lesiones.
La negligencia dental es difícil de diagnosticar. Si los padres están informados de la gravedad de la patología acumulada en el paciente infantil, de las alternativas terapéuticas y el acceso a los servicios asistenciales apropiados para devolver la salud oral al niño y no recibe atención odontológica, estamos ante un caso de negligencia dental.
3. La distribución de los distintos tipos de maltrato en la población con diversidad funcional no es homogé- nea. Parece ser que hay una relación entre distintos tipos de discapacidad y distintos tipos de maltrato.
4. Todos los profesionales de la salud están legalmente obligados a informar de la identificación de un posible caso de maltrato. Muchas veces el propio profesional no continua con la cadena de investigación del caso y no llega a informar a las autoridades judiciales porque no sabe cómo hacerlo. Para ello está el parte de lesio- nes, un documento médico-legal que forma parte de la historia clínica y que recoge, a modo descriptivo, todas las observaciones de signos y síntomas analizadas en el paciente pediátrico en un momento determinado.
5. No existe un parte de lesiones común para todos los odontólogos del territorio nacional. Es por ello que proponemos un modelo de parte de lesiones derivado del que aparece en el documento del Observatorio para la Infancia pero con herramientas clínicas especí- ficamente odontológicas.
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