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mayores a 2 mm, pero esta vez se tuvo en cuenta el diá- metro del pilar. Se observó que la pérdida de hueso era mayor en aditamentos de menos de 2 mm del mismo modo que en el anterior. Sin embargo, este resultado fue más elevado a los 18 meses y no a los 6. Con referencia al diámetro, los pilares de 5 mm fueron considerablemente más afectados por la pérdida ósea que los de 4.5mm.
En la misma línea, Lee et al. 201829 mostró resultados muy parecidos. En este estudio retrospectivo que reali- zaron, se evaluó también la pérdida de hueso a lo largo de 84 meses después de la colocación del implante, con tres distintos grupos en relación con la altura del pilar: menos de 2 mm, entre 2 y 3 mm y por último 3 mm o más. Se observó que en los pilares de menos de 2 mm había una pérdida de hueso media superior a los demás y que en los de 3 mm o más, hubo una pérdida ósea inferior. Es importante también ver como la pérdida de hueso en los pilares de menos de 2 mm ocurrió más temprana que en los demás aditamentos.
La relevancia de estos resultados nos puede hacer pen- sar que, la causa principal de que haya una pérdida de hueso tan elevada en los pilares con una altura de menos de 2 mm puede deberse a un insuficiente tejido blando. Aditamentos cortos podrían implicar un tejido gingi- val más fino y, en consecuencia, una barrera mecánica menos efectiva en la filtración de bacterias que causan la periimplantitis 29.
El estudio muestra unos resultados muy interesantes, aunque existen ciertas limitaciones que pueden afectar a la pérdida de hueso y que también fueron evaluadas, como el género, la edad, la hipertensión, el tipo de hueso, etc. No obstante, el tabaco y la periodontitis no fueron evaluadas, siendo las dos unos factores clave en el desarrollo de enfermedades periimplantarias29.
En el caso de Nóvoa et al. 201728, también se evaluó prospectivamente la pérdida ósea durante 36 meses con dos pilares distintos, pero esta vez el primer grupo pre- sentaba una altura de 1 mm y el segundo de 2.5mm. Una vez más, los resultados mostraron que hubo más pérdida de hueso en los implantes con pilares de 1 mm, tanto a los 12, 24 y 36 meses, y éstos fueron estadísticamente significativos.
De la misma manera, en el estudio de Blanco et al. 201725, se compararon aditamentos con 1 mm de altura y otros con 3mm. Estos autores también determinaron que hubo una pérdida ósea muy superior en los adi- tamentos de 1 mm de altura comparado con los de 3. Además, este estudio sí tuvo en cuenta factores como el tabaco, donde los pacientes fumadores resultaron en
una reabsorción del hueso mucho más elevada tanto a los 3 meses como a los 6 meses. Por las demás variables, los autores también observaron que hubo una mayor pérdida de hueso en los implantes colocados en el maxi- lar superior en comparación con el inferior.
Prácticamente todos los estudios evaluados hasta la fecha analizan la influencia de la altura del aditamento a nivel biológico en prótesis atornilladas. No obstante, el estudio de Spinato et al. 201730 es el primero que evalúa estos parámetros en prótesis cementadas. Los autores observaron una semejanza clara con los anteriores25-29: a menos altura del pilar, más pérdida de hueso presenta.
Esto podría hacernos pensar en que, en una prótesis cementada, si se dispone de un aditamento con más altura, este facilita la remoción de exceso de cemento, inhibiendo así la posible inflamación que podría presen- tarse30.
Además, el estudio también se distingue por usar pilares CAD-CAM en comparación con los demás, los cuales la mayoría disponían de aditamentos pre-fabricados. Los resultados determinaron que, a medida que la altura incrementaba, la pérdida ósea tendía a cero. Esta correla- ción se vio influenciada y beneficiada con mayor medida por los implantes con cambio de plataforma, los cuáles se observó que la pérdida ósea fue 0 en aditamentos de 2.5 mm de altura. Sin embargo, en los implantes sin cam- bio de plataforma, se consiguió que no hubiera pérdida de hueso con una altura de 3mm30.
El uso de aditamentos rectos es una práctica habitual en las restauraciones actualmente. Sin embargo, hay ocasiones en que es necesario la angulación del pilar intermedio para corregir la dirección del implante 33. Es importante pensar que al pasar de aditamentos rectos y convencionales a pilares con angulaciones determina- das, estos podrían tener una repercusión a nivel biológi- co. Además, se ha visto que al usar este tipo de piezas, las fuerzas oclusales laterales podrían aumentar37, dando a pensar que podría afectar a la supervivencia del implan- te.
No obstante, en el estudio de Patil et al. 201431, los autores realizaron un experimento donde colocaron 2 implantes bilaterales en 26 pacientes. A cada uno de ellos se le colocó, de manera aleatoria, un aditamento curvado y otro recto.
No se observó ninguna diferencia significativa entre los dos grupos de aditamentos. Los pilares angulados resultaron en una pérdida ósea casi igual que los rectos (0.37 mm vs 0.27 mm) de media en los 12 meses de eva-
Pilares protésicos intermedios sobre implante y su influencia en el pronóstico de los tejidos peri-implantarios: Una revisión bibliográfica. Dr. Jordi Ortega-Martínez. et al. - 141 -