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MULTIDISCIPLINAR
  FIGURA 11. Automasaje. Masaje del músculo temporal (A). Masaje del músculo masetero (B).
introducir un cilindro en la boca (bolígrafo o corcho, según la apertura), y con los dedos en garra, separados, sin ejercer excesiva presión, realizará 5-10 pases desde la cabeza hasta el cigoma (reborde duro delante de la oreja) (Figura 11A). Si la zona es sensible, no bajará los dedos hasta el reborde cigomático. En caso de hallarse puntos de tensión especialmente dolorosos, mantendrá la presión durante 60-90 segundos, o hasta que cese el dolor (lo que suceda antes).
b) Automasaje del músculo masetero
El músculo masetero se origina del arco cigomático (reborde duro delante de la oreja) para insertarse en la base de la mandíbula. Colocando un cilindro en la boca y, con los dedos en garra, pero juntos, el paciente realizará 5 pases desde el arco cigomático hasta la parte inferior de la mandíbula (Figura 11B). Una vez realizados, repetirá los 5 pases, pero de forma perpendicular a los anteriores, y en sentido postero-anterior.
TERAPIAS COMPLEMENTARIAS
No hay que olvidar que, en los trastornos temporoman- dibulares, y más concretamente tras la cirugía, el fisio- terapeuta puede ayudar con diversas técnicas, siempre respetando las pautas del cirujano.
El uso de la terapia manual, en todas sus variantes, puede beneficiar al paciente tras la intervención. Mediante las movilizaciones pasivas o asistidas, esta
técnica mejora la propiocepción de la articulación, siempre afectada en el posoperatorio, y favorece la movilidad articular. También se pueden emplear distintas técnicas para la relajación de la musculatu- ra masticatoria y cervical, así como para su correcta activación, logrando que los músculos se accionen cuando sea necesario, y se mantengan relajados en el caso contrario.
En cuanto a la electroterapia, el TENS y otras corrientes analgésicas, pueden conseguir resultados favorables tanto a nivel cervical como de la musculatura masticato- ria, produciendo un alivio del dolor.
Actualmente, se están empleando técnicas invasivas como la punción seca. Por medio de agujas similares a las de acupuntura, situadas a nivel de los maseteros o de la musculatura cervical, se inactivan los puntos gatillo miofasciales, responsables de dolor y tensión muscular. También es posible el uso de electroterapia aplicada directamente en agujas, con fines relajantes o analgésicos.
No obstante, lo más importante es el movimiento acti- vo. Éste deberá realizarse con asiduidad y constancia, ya que con ello se logrará un equilibrio perfecto entre fuerza, movilidad y flexibilidad, permitiendo incre- mentar el rango articular sin dolor, al mismo tiempo que la musculatura se fortalece y coordina, evitando desajustes.
AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecen especialmente a Roberto Celotti su trabajo en la realización de las ilustraciones.
BIBLIOGRAFÍA
1. Pérez Fernández T, Parra González Á. Fisioterapia en el trastorno temporomandibular. Barcelona: Elsevier; 2019.
2. Fernández de las Peñas C, Mesa Jiménez J. Trastornos de la articulación temporomandibular. Terapia manual, ejercicio y técnicas invasivas. Buenos Aires: Médica panamericana; 2019.
3. Austin BD, Shupe SM. The role of physical therapy in recovery after temporomandibular joint surgery. J Oral Maxillofac Surg; 51: 495; 1993.
4. Monje Gil F. Diagnóstico y tratamiento de la patolo- gía de la articulación temporomandibular. Madrid: Ripano; 2009.
RCOE, Vol. 25, No. 3, septiembre 2020 - 206 -















































































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