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EPIDEMIOLOGÍA
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FIGURA 1: Profesionales implicados en equipos multidisciplinares necesa- rios para facilitar la accesibilidad a los servicios de atención odontológica
de las prestaciones restauradoras en los programas públi- cos de atención bucodental. El incremento del IR de 52,7% en 2010 a 61,9% en 2015 en el estudio nacional, podría ya poner de manifiesto la influencia de estos programas, sumados al papel que han desempeñado los programas PADI, con mayor tradición de prestaciones restauradoras en el país (11). Sin embargo, no se aprecia de forma paralela una mejora en la salud bucodental de la población adul- ta, posiblemente hayan muchas razones que habría que analizar para tratar de explicar este hecho y que escapan al objetivo de este artículo, pero qué duda cabe de que los programas de salud bucodental, que tan eficaces parecen haber sido para los adolescentes de 6 a 15 años, no han logrado mantener su eficacia en la mejora de la salud oral de los adultos, si bien es inasumible para el sistema sani- tario el coste de los tratamientos restauradores para toda la población, los programas de promoción y prevención deberían de mantenerse para toda la población, ya que ha sido ampliamente demostrado que aumentar el número de dentistas junta a una oferta asistencial muy especiali- zada y a costes muy elevados no conduce a una mejora de la salud oral de las personas.
Aunque el índice CAOD a los 12 años es bajo en todas las comunidades con datos posteriores al año 2000, en los pocos casos en los que se dispone de información y tam- bién en el estudio nacional de 2015 sigue poniéndose en evidencia que un tercio de la población acumula la mayo- ría de la enfermedad, como se pone de manifiesto por el valor del índice SIC. No obstante si nos basamos en estu- dios nacionales, este índice se ha reducido de 3,52 en 2005 a 2,14 en 2015, también en los datos nacionales se informa que el 79,5 % de las caries en niños de 12 años se acumula en el 18% de los niños (12).
La constatación, una vez más de que la enfermedad se halla especialmente acumulada en un grupo muy limitado de
personas debería de poner en alerta a los profesionales y a las administraciones para redoblar esfuerzos en el trabajo en equipo con pediatras, trabajadores sociales, educadores, agentes sociales, etc., para mejorar el acceso y la continui- dadenelseguimientodeestospacientes.EnlaFigura2 se muestra una amplia representación de profesionales cuyo trabajo en equipo es esencial para articular un mejor acceso a los servicios de las personas con mayores dificultades. En nuestro conocimiento, salvo actuaciones puntuales e indi- vidualizadas, los programas de provisión pública o mixta no tienen previstos procedimientos de recaptación específicos para pacientes de alto riesgo de enfermedad. Sin embargo, si es de destacar que la gran mayoría de las comunidades utilizan procedimientos de captación activos a través de las revisiones escolares a edades determinadas y a través de las consultas de pediatría con criterios de remisión a las unida- des de odontología.
Si nos referimos al estado de caries en niños de 5-6 años, basados en los estudios epidemiológicos nacionales (8-12), puede apreciarse una estabilización de la prevalencia de enfermedad y del índice co-d. Ante este hecho, la impor- tancia de tomar en consideración la necesidad de plantear intervenciones planificadas desde el embarazo y durante los primeros años de vida se hace patente, ya que según se constata la mayoría de las comunidades no disponen de programas definidos para la atención a la salud bucoden- tal en edades tempranas de la vida, si bien en algunas de ellas sí que existen algunas actuaciones de promoción y de prevención, tanto en embarazadas como en niños menores de 6 años, la falta de unificación es todavía más llamativa que en las edades posteriores. En este sentido, las interven- ciones coordinadas con matronas y pediatras son de vital importancia para abordar los aspectos de educación sani- taria adecuados durante el embarazo y los primeros años de vida sobre el riesgo de caries en la dentición primaria y su importancia como principal factor de riesgo de la caries en la dentición permanente. Un reciente estudio que eva- lúa el impacto de los programas de educación en salud oral de las embarazadas establece que aquellas madres que reciben orientación durante el embarazo sobre salud oral poseen una actitud más positiva para la salud oral con sus bebés, y tienen comportamientos respecto a hábitos, dieta e higiene más favorables para la salud del bebe que las que no lo reciben (13). En este sentido en opinión de los autores se requiere reforzar los programas individuales y comunitarios dirigidos a embarazadas, bebés y niños menores de 6 años. Un aspecto muy relevante de las comunidades que se ana- lizan en este trabajo es el muy limitado número de profe- sionales, oscilando la ratio entre 5.000 y 10.000 niños por dentista aproximadamente. Cada dentista atiende entre 1 y 3 consultas en centros de salud diferentes, lo que implica una importante dispersión, listas de espera mayores a un mes en algunos casos con la consiguiente limitación en la accesibilidad a la atención básica y la solicitud de visitas
RCOE, vol. 23, no. 1, marzo 2018


























































































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