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implante serían: dolor a la oclusión, movilidad evidente, pérdida ósea radiográfica superior al 50% de su superfi- cie, exudado visible a la presión y/o pérdida espontánea del implante.
Existe una gran disparidad en las tasas de éxito y super- vivencia de los implantes, y en general la mayoría de los estudios, no tienen en cuenta factores transversales como el lugar de colocación, el estado previo del lecho, indicadores de riesgo, etc.3. Y así nos encontramos en la literatura que si nos referimos a coronas individuales sobre implantes, nos podemos encontrar con índices de supervivencia entre el 89 y el 100%, frente a tasas de éxito que no superan el 75 al 99%.
Como mencionamos, en la actualidad la presencia o la existencia de antecedentes de enfermedad periodontal, se considera un claro factor de riesgo para la aparición de complicaciones o el fracaso del tratamiento con implan- tes osteointegrados. Karoussis4 en un exhaustivo trabajo, no pudo encontrar claras diferencias en la supervivencia de implantes entre individuos sanos y con patología periodontal, pero si pudo comprobar como los pacientes con antecedentes clínicos de periodontitis avanzada, presentaban un aumento en el sondaje periimplantario, una mayor pérdida ósea marginal y una mayor inciden- cia de periimplantitis a medio y largo plazo.
También Schou5 en un metaanálisis pudo constatar una mayor incidencia de la enfermedad periimplantaria (38%) en pacientes que previamente habían padecido o padecían una enfermedad periodontal, sin embar- go, esta evidencia clínica, no pudo ser avalada en otro estudio en el que se llevó a cabo una evaluación de 951 pacientes realizada por Renvert y Persson6.
Un trabajo reciente de cohorte realizado por Swierkot7 pudo concluir que los pacientes con historia previa de periodontitis agresiva generalizada, a pesar de realizar un mantenimiento estricto de sus implantes, poseían un riesgo de padecer mucositis 3 veces superior que la población general, y 14 veces superior para padecer una periimplantitis.
A conclusiones similares pudo llegar el trabajo de De Boever8, quién pudo observar como los pacientes con historia previa de periodontitis agresiva, presentaron mayor patología peri implantaría, mayor pérdida ósea marginal y una menor tasa de supervivencia del implan- te a medio y largo plazo.
exodoncia e inserción inmediata de implantes
Lundgren9 desarrollo un curioso modelo cuyo principal objetivo era comparar desde un punto de vista clínico la supervivencia de un implante osteointegrado, con respecto al mantenimiento de dientes con afectación periodontal en boca. Se partió de una hipótesis de cómo un paciente de 20 años, con enfermedad periodontal progresiva, podría perder dicho diente a la edad de 50
años, es decir si aplicaba con unos cuidados medios, ese diente, podría permanecer hasta 30 años en la boca del paciente.
También pudo concluir, que si en este caso, la higiene y terapia periodontal fuesen excelentes, el mismo diente podría mantenerse en condiciones de salud entre 30 y 50 años.
Sin embargo, un implante que presente una pérdida ósea periimplantaria de carácter progresivo, es muy probable que pueda perderse de 15 a 25 años tras su inserción en la boca, por lo cual concluye el autor, se recomienda siempre el mantenimiento de los dientes periodontales, el mayor tiempo posible.
La inserción de un implante osteointegrado de manera inmediata, en el alveolo de un diente exodonciado por motivos periodontales, es un procedimiento protocoli- zado, siempre que se realice previamente una planifica- ción adecuada, se tenga en cuenta el nivel previo de la pérdida ósea, la presencia o no de tejido de granulación, la capacidad de relleno del gap alveolar y la capacidad de preveer la pérdida ósea peiimplantaria en los prime- ros 9 meses tras su inserción10.
En la actualidad no hay un consenso claro, sobre la utilidad del uso de injertos óseos, sustitutos óseos, sustancias precursoras de la osteogénesis y/o membra- nas junto con la colocación de un implante inmediato posextracción, ya que no podemos afirmar con rotundi- dad, que el empleo de alguna de estas técnicas, mejore los resultados finales del tratamiento.
Utilización de profilaxis antibiótica en implantología oral En estos últimos años se han publicado una gran canti- dad de estudios sobre los efectos de la profilaxis antibió- tica en el fracaso mediato e inmediato de los implantes dentales, en la prevención de las infecciones y en el control y prevención de la mucositis y periimplantitis. Sin embargo, la heterogeneidad de los diferentes estudios, hacen muy difícil su comparación y aplicación clínica11. Existen numerosas evidencias clínicas que avalan que los implantes dentales puedan ser insertados en alveolos postextracción, aunque presenten procesos infecciosos periapicales y periodontales, obteniéndose tasas de éxito similares a los implantes insertados sobre hueso sano.
Waasdorp12 realizó una revisión sistemática de la literatu- ra, con el objetivo de establecer una serie de recomenda- ciones, entre ellas la de aconsejar la utilización de anti- bióticos locales y sistémicos perioperatorios, mostrándo- se los autores favorables a su prescripción, mientras las evidencias científicas, no demuestren lo contrario. Relacionando la colocación de implantes inmediatos postextracción y la administración de antibióticos, los estudios de Lang13 que obtuvieron un valor medio de éxito en implantología inmediata postextracción del
Utilización de una solución optimizada de Piperacilina y Tazobactam como profilaxis en la colocación de implantes inmediatos postextracción en áreas con importante compromiso periodontal. Nantes L . et al.
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