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FIGURA 4-5. Estado de la paciente con sus prótesis removibles. Podemos observar como existe una compresión maxilar severa y una mor- dida abierta anterior.
FIGURA 6-7. Encerado diagnóstico para determinar la posición ideal de los molares inferiores para lograr la compensación de la maloclu- sión.
dentario en el arco inferior, ferulizados a otros de mayor longitud en la zona del canino- primer premolar.
Abordaje quirúrgico de la fosa nasal
La cirugía comienza con una incisión crestal en la encía queratinizada, preferiblemente sin descargas y despega- miento mucoperióstico del colgajo a espesor total con un periostotomo. El colgajo debe ser lo suficientemente amplio para permitir una correcta visión de la zona. Pos-
teriormente, se realiza un marcado con la fresa de inicio en el lugar donde se van a insertar los implantes restán- dole 1 mm. a la longitud de trabajo. La secuencia de fre- sado se compone de dos fases bien diferenciadas: una primera fase en la que se realiza un fresado a altas revo- luciones con la fresa de inicio (entre 800 y 1000 revolucio- nes por minuto) con abundante irrigación. La segunda fase del fresado comprende el uso de fresas de diámetro creciente a bajas revoluciones (50-150 revoluciones por
FIGURAS 8-9. Tac de planificación de la zona correspondiente a la premaxila. En los cortes podemos observar la necesidad de elevación de fosa nasal para lograr la inserción de los implantes en esta zona con extrema atrofia.
Atrofia severa postraumática de la maxila y reabsorción vertical extrema con un abordaje mínimamente invasivo: Eduardo Anitua et al. - 55 -